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El lado siniestro de la cultura contemporánea Parte I

Por: Ana E. Ríos López


Nimrod era nieto de Cam, el hijo que Noé maldijo por burlarse de la desnudez de su padre. La Biblia dice que Nimrod comenzó a ser poderoso en la tierra y que fue un poderoso cazador delante de Jehová. (Génesis 10:8-12) Fundó algunos de los reinos más poderosos de la historia, entre ellos Asiria (su capital Nínive y sus ciudades Rehobot, Cala y Resén) y Sinar (Babilonia). Los otros reinos poderosos y enemigos de los semitas fueron fundados por los tíos y descendientes de Cam, los cuales estaban grandemente influenciados por la religión falsa de Nimrod.


El nombre Nimrod significa rebelémonos, los que crean revueltas. Como podemos leer en el versículo 9 Nimrod era “un vigoroso cazador delante de Jehová”. Según algunos textos hebreos lo que Nimrod cazaba eran hombres (mayormente descendientes de Sem) y animales. Los hombres que tomaba en las ciudades que conquistaba los tomaba como esclavos en una actitud de rebelión contra Dios. La traducción literal del hebreo al decir vigoroso, según Finis Dake, es: “Se utiliza la palabra hebrea gibbowr que se traduce como “poderoso guerrero”, tirano, campeón o el fuerte.


Refiriéndose a Nimrod, Finis Dake dice: “Se dice de Nimrod como el tirano y opresor déspota. Él estableció el primer reino y la primera religión falsa universal oponiéndose a Dios a causa del diluvio… esto se hizo delante de la presencia de Dios, abiertamente y con una actitud de desafío. Podemos ver el desafío abiertamente en Babel. Nimrod fue quien fundó a Babel, su objetivo era llegar hasta la morada de Dios y vencerlo. (Génesis 11:1-9)


Antes del diluvio se había intentado algo similar a la torre de Babel en la ciudad de Atlantis. En un escrito del filósofo griego Platón a Solón, éste hace una descripción de esta ciudad como la principal de ese tiempo donde había una sola lengua, un solo sistema monetario y un control central. Lo que comprendía el sistema de gobierno de ese tiempo, estaba dividido en diez regiones. Esto fue lo que intentó levantar Nimrod en Babel y lo que se ha procurado instituir a través de los siglos, queriendo seguir los pasos de Nimrod, utilizando sus principios religiosos como base. La religión universal que instituyó Nimrod era un sistema de pecado y rebeldía contra Dios y sus estatutos. Se casó con su madre Semiramis, un acto incestuoso, quien le dio a luz un hijo llamado Tamuz. En el capítulo 8 del libro de Ezequiel, el profeta hace un relato sobre cuando Dios le mostró las abominaciones que se estaban llevando a cabo dentro del templo y le dejó ver cómo las mujeres del templo hacían endechas al abominable Tamuz.


La religión babilónica de Nimrod estaba saturada de todo tipo de acto pecaminoso. Esta religión fue practicada por todos los imperios pues estuvieron influenciados por la cultura de Nimrod. Actos como la pedofilia, incesto, creencias en la reencarnación, homosexualismo, bestialismo, sacrificio de niños, apoteosis (divinización de lo humano), ascensión, alteración de la imagen, etc. fueron practicados por grandes imperios como Asiria, Egipto, Babilonia, Grecia, Medo-Persa, y aun en la actualidad prevalecen tales prácticas. Muchas ya están siendo aceptadas como costumbres culturales y están siendo asimiladas aun dentro de los sistemas eclesiásticos.


Satán quiere implementar su reino aquí y tomar control de la tierra. Por consiguiente, ha logrado que seres humanos se unan a su causa a través de la religión de Nimrod, la que se promueve como el misterio de Babilonia. A través de muchos intentos se ha procurado instaurar esta rebelión de Babel. Ha sido la misericordia de Dios y el poder del Espíritu Santo que ha ido deteniendo esta conflagración de seres humanos y ángeles caídos contra Dios. No obstante, como juicio contra la maldad del hombre contra su Creador, Dios permitirá que por siete años este sistema tome el control del planeta antes de ser destruido. Un dictador mundial revelado en la Santa Biblia como el hijo de perdición, el hombre de pecado y el anticristo trillará la tierra y someterá a toda nación, toda tribu y toda lengua bajo un sistema de gobierno cruel y déspota. (Apocalipsis 13).


El reino de Sumeria es conocido como uno de los primeros y cuna de la civilización. La Biblia se refiere a Sumer como el Valle de Sinar, donde Nimrod estableció su reino. Allí Nimrod construyó a Babel y de allí salió Abraham. Desde los albores de la humanidad vemos como Satán comienza su lucha encarnizada por destruir la descendencia de Sem. Sem fue señalado como precursor de la línea mesiánica. ¿Por qué fue escogido? Sólo por la soberanía y gracia de Dios este hombre fue señalado y a través de uno de sus descendientes se haría posible el acto de redención que libraría a la humanidad de una condenación eterna. Babel, en la zona de Mesopotamia, fue erigida por Nimrod y fue cuna de esta falsa religión saturada de hechicerías e idolatría. Los sumerios creían que su civilización fue el resultado del triunfo de los dioses.


Esta religión pagana comenzó a perpetuarse y dispersarse en todos los subsiguientes imperios. Los egipcios profundizaron en sus misterios y se convirtieron en enemigos de Dios. Bajo uno de sus Faraones se llevó a cabo la persecución más sangrienta de la historia humana contra los semitas, a todos los niños varones que nacían se les daba muerte. Por casi cuatrocientos años, los hebreos fueron subyugados y esclavizados en esta nación. Dios interviene cuando comienza la horrible matanza de todos los niños varones hebreos. Dios juzga severamente a Egipto bajo la dirección de Moisés y Arón. Más que un juicio contra el país, fue un juicio contra todas estas deidades adoradas por los egipcios. Las diez plagas eran un prototipo de los ídolos que adoraba Egipto. A Nimrod lo nombraron Osiris y Semiramis como Isis. El mismo concepto religioso prosigue perpetuándose en todas las culturas subsiguientes, asirios, palestinos, moabitas, cananeos, fenicios, etc. Deidades como Quemós, Baal, Astarté, Moloc, entre otros proseguían el mismo prototipo de Nimrod. Estos principios babilónicos también estuvieron presentes en las religiones de Grecia, Medo-Persas y Roma.


La batalla que ha llevado a cabo tanto Israel como la iglesia contemporánea ha sido más una guerra entre principios e ideologías, una guerra espiritual. La presente guerra cultural que se ha desatado en Estados Unidos desde la década de los 60 es una guerra entre principios, las leyes e ideologías del sistema contra los estatutos de Dios. La religión babilónica de Nimrod contra el culto de Jehová. Detrás de esta batalla seres espirituales siniestros controlan las mentes de las masas con el fin de tornarlos contra Dios y ellos así poder tomar el control del planeta. A través de la historia de Israel leemos sobre el reclamo de Dios a su pueblo. Dios le estableció que era un pueblo separado, santificado y que tenía que ser diferente a los demás pueblos. Constantemente Israel fue juzgado por Dios cuando el pueblo asimiló las culturas de los pueblos y ofreció a Dios un culto diferente a lo que Él había establecido.


Raquel fue la primera en introducir la idolatría dentro de su linaje. En el acto de esconder los ídolos robados de la presencia de su padre, se abrió un portal espiritual que se convirtió en una autopista para estos principados poder introducirse y operar dentro del pueblo santo. Cuando más adelante Dios saca de Egipto a la nación ya formada para tratar con ella en el desierto, el culto al becerro asimilado en la nación egipcia le sirve de tropiezo y miles murieron en un acto de juicio por Jehová. La historia de Israel ha sido una de idolatría y rebelión contra Dios. En su empeño por asimilar las culturas de los pueblos, Israel se ha convertido en enemigo del Dios que lo reclamó para sí. La iglesia ha hecho lo mismo. Desde el momento de su nacimiento se desató lo que los historiadores catalogaron como “la guerra entre Atenas y Jerusalén”, “la guerra entre la fe y la razón”. Constantino fue el primero que tuvo la osadía de pervertir el culto cuando introdujo dentro de las filas del cristianismo la religión abominable de Nimrod. La liturgia de la iglesia católica con toda su parafernalia de hábitos, imágenes y ritualismos es una reminiscencia de los misterios de Babilonia.


Generalmente, cuando estudiamos a Nimrod lo analizamos históricamente y como una referencia casual en la Sagrada Biblia. No sucede así en el ámbito ocultista. Diferentes entidades que promueven estos misterios nacidos en la rebelión de Nimrod operan tras bastidores con fin común. Entre ellos están los masones, los cabilistas, rosacruces, los iluminati, los mormones y muchos otros que operan dentro de las diferentes religiones y organizaciones políticas y filantrópicas. Su objetivo es la infiltración camuflada dentro de las diferentes entidades religiosas, educativas y políticas con el fin de establecer un nuevo orden social. No escatiman ni esfuerzos ni dinero, y hasta las propias vidas humanas para poder llegar a su meta.


El Espíritu Santo trajo una revelación bien clara de la implementación de este reino siniestro y cuál será su fin. El libro de Apocalipsis es esta revelación de Dios a sus siervos para que conozcan las sazones y los tiempo que darán fin a esta era. El capítulo 13 y 17 específicamente de este libro hace una presentación del despliegue de este orden social de Nimrod que volverá a cobrar vida los últimos siete años de la historia humana. Los reyes de la tierra han fornicado con este sistema y se han embriagado con el vino de su fornicación, (capítulo 17:1,2). Tanto Israel como la iglesia han manchado sus vestidos con este vino y han estado siendo partícipes de las prácticas abominables de este sistema. Sutilmente, Satán a través de manipulación de los medios de comunicación ha logrado acondicionar a los creyentes y éstos han sucumbido en esta conflagración contra Dios. El mogul televisivo Netflix tiene unos nexos profundos con el mundo espiritual siniestro. En los últimos meses ha publicado series y películas blasfemas que denigran el carácter de Dios y atentan contra los valores religiosos y de familia. Sus series y películas de hechicerías y brujería están abriendo portales siniestros que llevan a un mundo espiritual de maldad.


La ruptura del pacto sempiterno entre Dios y el ser humano ha puesto a la tierra en un péndulo. 5 Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. 6 Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. (Isaías 24:5,6)


Dios dictaminó juicio contra los pueblos y países de la antigüedad que traspasaron sus leyes, falsearon el derecho y quebrantaron el pacto sempiterno. Nuestra generación corre un peligro grave pues de la misma manera que la familia de Lot se ambientó al supuesto avance cultural de Sodoma, esta generación se ha ido ambientando a la degradación moral de nuestro tiempo. Sodoma y Gomorra fueron quemadas y ya la escritura ha sido plasmada en la pared de civilización occidental.


La apoteosis (habilidad de convertirse en un dios) fue promulgada por Nimrod. Los apóstoles de los movimientos transhuministas promueven su dogmática desde las grandes universidades e intentan convencer a las masas a asimilar la idea de la alteración del cuerpo en pro de esta utopía. La falsa promesa que le hizo Satán a Eva se sigue cultivando en las grandes citadeles del conocimiento donde llevan a cabo experimentos horrendos con seres humanos cuyo fin no es otro que hacer desaparecer la imagen de Dios en el ser humano. A través de la integración de la tecnología moderna con el cuerpo y la mente del hombre quieren construir un super hombre. La secuencia y alteración del ADN es un desafío a Dios. Nimrod auscultó hacia este objetivo con el fin de cambiar su apariencia por la de una bestia. Dios lo detuvo. Dios detuvo a aquella generación de un acto de locura. Sin embargo, la Palabra Profética nos presenta un cuadro sombrío del mal que se cierne sobre esta última generación. Dios los dejará revolverse en las heces de su rebelión los que llevará a que portales que fueron sellados por la orden del cielo sean abiertos y el infierno sea vomitado en la tierra. (Apocalipsis capítulo 9.

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